lunes, 12 de septiembre de 2011

Se acabó el verano

Se acabó el verano. Terminó la vorágine de sol y viajes. Finalizó el tiempo libre tan lleno de tareas. Volvemos a la rutina del invierno, a la vida ordenada y el sedentarismo. Así que estoy pensando en comenzar otro serial... tengo una idea por la cabeza dando vueltas, no sé muy bien para cuanto dará, ni el final, ni... pero lo importante, es decir, ganicas de escribir... tengo.

No tengo título, ni claros los personajes, tampoco sé dónde ir, ni cómo orientarlo, pero en cuantico hile dos letritas... comenzamos.

No parpadeeis porque si lo haceis, os lo perdeis.

jueves, 18 de agosto de 2011

Gracias

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Quiero agradecer a todos los seguidores de Bubónica su apoyo durante estas 30 semanas. Por vuestro aliento he completado una novelita que he presentado a las editoriales para ver si consideran posible su publicación en formato de libro comercial. Os mantendré al tanto.

Gracias de nuevo por vuestro apoyo.


sábado, 6 de agosto de 2011

Bubónica. Capítulo 30. El fin




El contenido de esta página ha sido borrado al estar en estudio en una editorial

sábado, 30 de julio de 2011

Bubónica. Capítulo 29. Limpieza de sangre





El contenido de esta página ha sido borrado por estar incorporado al estudio por una editorial

sábado, 23 de julio de 2011

Bubónica. Capítulo 28. El pueblo será nuestro


El contenido ha sido eliminado al encontrarse en estudio por una editorial

sábado, 16 de julio de 2011

Bubónica. Capítulo 27. El renacer de la esperanza




Capitulo eliminado por estar en estudio por parte de una editorial

sábado, 2 de julio de 2011

Bubónica. Capítulo 25. Cerrar el pasado.





El contenido ha sido borrado hasta terminar el estudio una editorial

sábado, 11 de junio de 2011

Bubónica. Capítulo 22. Al rescate.





Este capítulo ha sido borrado por estar en trémite de publicación

jueves, 2 de junio de 2011

Bubónica. Capítulo 21. Laura



Este relato ha sido borrado por estar en trámite de publicación

sábado, 21 de mayo de 2011

Bubónica. Capítulo 20. La ermita es mía.





El contenido ha sido retirado al encontrarse en fase de estudio para ser publicado

sábado, 14 de mayo de 2011

Bubónica. Capítulo 19. La gasolinera














El contenido ha sido retirado por encontrarse en estudio por una editorial

sábado, 30 de abril de 2011

Bubónica. Capítulo 17. Esos ojos.




Perdonad las manchas de este papel, pero es muy difícil evitar que mis lágrimas caigan sobre él,

sábado, 16 de abril de 2011

Bubónica. Capítulo 15. Salir, coger y volver





El contenido ha sido retirado por encontrarse en estudio por una editorial

sábado, 9 de abril de 2011

Capítulo 14. Vanesa y Blanquita

Para aquellos que se enganchan ahora, recomiendo comenzar por el principio...en este enlace se encuentran todos los capítulos http://unodetellerda.blogspot.com/search/label/Bub%C3%B3nica
¿Has probado a comer una lata de guisantes sin cocinar? Hace dos meses hubiese estado de acuerdo contigo sobre que es asqueroso, pero hoy no le he puesto pega alguna. Y después me he bebido el caldo.


Nos quedan varios paquetes de galletas, un kilo de harina, seis latas de panizo, una de tomate frito y dos litros de leche. Eso es todo. Así que va a llegar el momento de tener que salir a buscar alimentos. O bien los busco aquí, o bien huimos de la ciudad, pero... ¿dónde ir? Es una pregunta recurrente a la que llevo unos días dándole vueltas. Sobretodo ahora que somos seis. Bueno, esto no lo he contado todavía. El tiempo se hace tan lento que parece que llevemos juntos desde siempre, cuando sólo son tres días...


No sé si se recuerda a un hombre con mochila que veía salir del portal nº1 del edificio perpendicular al mío y que cierra la plaza por la izquierda, el mismo lugar donde se refugiaba Ángel, el vecino infectado del quinto. Pues hace cuatro días volví a verlo salir rápido ocultándose de coche en coche hasta desaparecer por la avenida. Entonces pensé en cómo establecer contacto con él para que me explicase dónde conseguía llenar la mochila. Escribí con un rotulador sobre una cartulina: “Estamos en el 2º Izda del portal 7. Necesitamos comida. ¿Dónde podemos conseguirla?”, la doblé por la mitad y me dispuse a bajar. Mi mujer me rogó que no lo hiciese, que era mucho riesgo cruzar hasta allí, aunque comprendió que pronto habría que salir y sería mejor saber dónde ir que deambular buscando sin rumbo. Mi hijo pequeño me acercó la espada y les dije que para su tranquilidad mirasen callados por la cocina, con la orden de que pasase lo que pasase, no gritasen porque se delatarían. Por primera vez en dos meses, abrí la puerta de casa con sumo cuidado para no hacer el menor ruido. Bajé lentamente las escaleras y, antes de llegar al patio, me sobresalté al ver un cadáver semidescompuesto de espaldas. Lo salté sin tocarlo y oteé la calle en ambas direcciones asegurándome de no ver a nadie. Los apenas 150 metros que separan ambos portales los crucé en cinco movimientos, que los percibí como una película en primera persona, de esas en las que oyes continuamente la respiración del protagonista. Dejé sobre el suelo, de manera bien visible, la nota y salí a la carrera sin parar hasta volver a entrar en mi casa, que cerré con doble vuelta. Mis hijos se abalanzaron sobre mí y me noté tan acelerado que no pude ni hablar. Estuvimos vigilando el regreso del mochilero un buen rato, hasta que un bubónico apareció por la plaza y nos volvimos al dormitorio.


A la mañana siguiente, tras desayunar leche con galletas, volví a apostarme en la ventana. Los chicos parecían más tranquilos y, siempre con el silencio por norma, les aconsejé que jugasen un poco. El sol daba contra mi fachada calentando suavemente el suelo de la cocina y me produjo una sensación muy agradable el sentarme allí. Noté movimiento en la glorieta, era un infectado, en muy malas condiciones, que lentamente apareció por el Sur rebuscando entre la basura y entrando en lo que fue una tienda de material fotográfico por su cristalera inexistente.


Apenas a veinte metros esta el portal 1, del que vi salir a dos chicas de la mano. Me incorporé para ver mejor. No me lo podía creer. Parecían sanas y se habían agachado tras una furgoneta blanca, a cuya espalda el bubónico volvió a salir del local arrastrando un pie. La iba a ver, no se daban cuenta. Tomé un bote de cristal que contuvo perejil, abrí la puerta de la terraza y lo lancé con fuerza. Volví a meterme y refugiarme. Aunque estalló tras el enfermo y le hizo volverse, las jóvenes se mantuvieron agazapadas sin moverse. El despiste duró poco, y nuevamente el infectado siguió caminando hacia ellas, dispuesto a rodear el furgón. Volví a coger un nuevo frasco, esta vez el de ajo en polvo, y justo cuando iba a salir, se escucharon unos mazazos. Era en el séptimo u octavo piso del portal 2. Un hombre mayor, robusto, golpeaba un bombo con vigor. Incluso creí reconocer un toque de Semana Santa en el ritmo con el que lo tocaba. Inmediatamente el bubónico giró hacia él y yo me asomé a la terraza para hacerles señas a las chicas indicando que corriesen hacia mi portal.


Subieron por las escaleras hasta el rellano, donde con la puerta entreabierta les dije con voz autoritaria que no les dejaría entrar hasta estar plenamente convencido de que estaban limpias. Se quedaron quietas cogidas de las manos y me prometieron una y otra vez que no habían tenido contacto con la enfermedad. Yo me negué y respondí que se desnudasen para enseñarme cuello, axilas e ingles. Rápidamente se despojaron de los abrigos y camisas, dejando claro que no tenían bubas, suplicando entrar en mi casa. Cerré la puerta de golpe y contesté que faltaban las ingles... comprendo que para una joven de unos veinte años y su hermana de unos doce, fue traumático despojarse de los pantalones y mostrar claramente esas partes casi íntimas. Sólo entonces abrí, exigiéndoles que olvidasen la ropa fuera. Mi mujer las acogió dulcemente y les entregó ropa nuestra. A mi me sobrecogió el darme cuenta que habíamos chillado y armado demasiado escándalo, así que volví a mi punto de vigía en la cocina. Afortunadamente el del bombo seguía golpeando con fuerza y conté hasta cinco salvajes mirándolo desde abajo. Dejó de tocar y les lanzó el instrumento con intención de darles, metiéndose rápido hacia el piso. Supongo que tenía claro que irían por él al haberlo visto. Como así fue. Escuché claramente tres disparos y hasta el momento que abandoné mi puesto, no vi a nadie salir ni entrar por el portal 2.

De esta manera, Vanesa y Blanquita, se han incorporado a nuestra familia. Dicen que su padre, el hombre de la mochila, no volvió y que siempre les dijo que si un día no regresaba huyesen a otro escondite para evitar que él mismo, enfermo, fuese a por ellas. Así que en cuanto vieron la nota en el suelo, indicando nuestra dirección pensaron en cruzar la plaza con la esperanza de encontrarnos.


Su padre sacaba el alimento del supermercado que hay a unos trescientos metros calle abajo, al que no me atrevo ir visto el resultado.


Necesitamos comida. Y un lugar seguro.

sábado, 2 de abril de 2011

Capítulo 13. El ángel sin alas.




El contenido ha sido suprimido por encontrarse en estudio por parte de una editorial

miércoles, 30 de marzo de 2011

miércoles, 23 de marzo de 2011

Viento, mi segundo libro


Siendo interrumpir la emisión del serial “Bubónica”, os prometo que este miércoles 30 colgaré el capitulo 12 y que el sábado seguiremos con el 13.

Tan solo lo hago para comunicar el lanzamiento de mi segundo libro de relatos, titulado “Viento”. Va relleno de 22 textos que espero os gusten, con temáticas que van desde el amor de un trío, hasta el miedo a las cucarachas; desde una historia del medievo hasta la Segunda Guerra Mundial; desde el western a Tim Burton. Un librito que nace sin pretensiones ni aires de grandeza y que ya se verá hasta dónde llega.

Tal como indiqué en la presentación de “Historias de Tellerda”, este libro no gozará de apoyo en ferias, certámenes o bibliotecas. Quedará como una rareza para los más fieles seguidores. Pese a lo limitado de su tirada y que seguramente no se reedite, se ha conseguido un precio PVP de 10 euros, realmente bajo.

Me encantaría recibir criticas, comentarios o cualquier cosa que queráis reseñar en jmmora10@hotmail.com. Prometo contestar a todos.

El libro lo podéis encontrar en:

Librería París ... Avda Fdo El Católico 24

El pequeño teatro de los libros ... c/Silvestre Pérez 21

Spiral ... Pso Cuellar 45

Y para aquellos que tengáis ebook podéis descargarlo en http://berbi.bubok.com/
Gracias, y espero sigais disfrutando con "Bubónica" el próximo miércoles 30

sábado, 19 de marzo de 2011

Capítulo 11. Hastío






Llevamos tres semanas encerrados entre estas cuatro paredes y la situación empieza a empeorar notablemente.

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Preguntas del autor que espera vuestros comentarios:¿Volverá la luz? ¿Repartirá más alimentos el gobierno? ¿hace bien Fernando robando gallinas? ¿de dónde saco un arma para defenderme?

sábado, 12 de marzo de 2011

Capítulo 10. Encerrados



Hoy es el tercer día que no hemos salido de casa.

sábado, 5 de marzo de 2011

sábado, 26 de febrero de 2011

Capítulo 8. Hay que pensar.



Capitulo borrado por formar parte del libro "Bubónica"

sábado, 19 de febrero de 2011

Capítulo 7. Estoy de acuerdo



El contenido ha sido borrado por encontrarse en fase de estudio para ser publicada

sábado, 12 de febrero de 2011

Capitulo 6. Prión.



El contenido ha sido borrado porque se encuentra en estudio para ser publicada

sábado, 5 de febrero de 2011

Capítulo 5. Esterilización









El contenido ha sido borrado porque se encuentra en estudio por parte de una editorial

sábado, 29 de enero de 2011

Capítulo 4: Fin del brote





Esperemos que pronto esta novela salga publicada

sábado, 22 de enero de 2011

Capitulo 3. El Lin


Esta novela se encuentra en fase de estudio por las editoriales

sábado, 15 de enero de 2011

Capítulo 2. La imagen

Capítulo 1 http://unodetellerda.blogspot.com/2011/01/capitulo-1-dia-de-reyes.html




Esta novela se encuentra en fase de estudio por parte de las editoriales.

sábado, 8 de enero de 2011

Bubónica. Capítulo 1. Día de Reyes.





Me llamo Juan Antonio Sáez Pardos, tengo 37 años y soy delineante en un despacho de ingeniería. .... Así empieza la novelita "Bubónica" que se encuentra en fase de estudio por algunas editoriales para su posible publicación.


Esperemos que en breves podamos encontrarla en las librerías

viernes, 7 de enero de 2011

Bubónica


Así es como se va a titular la nueva serie que voy a comenzar desde mañana sábado 8. De aparición semanal, cada sábado publicaré un capitulo que irá conformando el relato. El corte va a ser claramente apocaliptico, de suspense-terror y cercano a las novelas de epidemias fatalistas.



Espero vuestros comentarios y dar un nivel adecuado.

martes, 4 de enero de 2011

La suerte de no ser Messi



Hay tipos con suerte y tipos que no la tendrán nunca. Yo claramente pertenezco al segundo grupo, pero no soy de los que enarbolan su derrotismo y van de fracasados, al contrario, me encantaría ser un afortunado.

Uno de esos que tienen la preclara mente siempre de elegir el mejor negocio, la gran oportunidad, estar en el momento adecuado y no errar el instante importante. Por mucho que mis amigos me insistan en que la estética del perdedor da sus réditos, sigo admirando al triunfador. Tras esta declaración supongo que usted ya estará pensando en algún deportista o actor afamado, pero no me refiero a esa clase de éxito, sino al más cercano y modesto. Ese amigo que solo estudia la pregunta que cae, que encuentra la plaza de aparcamiento enfrente de su destino, que el último día de rebajas halla lo agotado, que juega en el equipo ganador del colegio sin sudar, que elige al caballo que más corre la primera vez que ve uno y que tropieza con la chica más guapa el día que está más receptiva. Mi profesor de primaria me hubiese advertido acerca de lo errónea de su estrategia porque no puede perdurar en el tiempo la suma de casualidades, pero como ya supondrán mi profesor de primaria no era un tipo con suerte, era un trabajador. Otra clase de ser. Éstos son aquellos que necesitan disparar ocho cartuchos para dar en el blanco, son persistentes, constantes, esforzados... suplen con su paciencia su carencia de fortuna y lo que consiguen es por su denodada firmeza.

Lo curioso es que todos lo entienden como normal. Llegan a un restaurante y les dan la mejor mesa por una anulación, buscan un coche el día que el concesionario tiene la oferta y compran su casa a quien imperativamente le urge vender abaratando. Por contra, el resto también da como lógico que sin reserva no haya mesa, que los coches valen lo que valen exceptuando un pequeño descuento y que las viviendas están por las nubes. Él encontrará normal haberse casado con ella cuando lloraba porque su novio la dejó plantada el día que le iban a declarar amor eterno. Pero yo sé que fue puro azar que aquel maldito borracho me atropellase a mí y no a otro, que la ambulancia pinchase y su retraso causase mi coma, y que se prolongase durante dos años porque el fármaco era de una partida defectuosa.

Por eso le admiro, porque yo querría ser él.